El Berguedá es una comarca montañosa de transición entre la media montaña y el Pirineo donde encontraremos zonas de alta montaña como el Pedraforca, los macizos del Cadí, Moxeiró, Puigllançada y Comabona con elevaciones superiores a los 2.500 metros.
En el Baix Berguedà destacan las montañas de Rasos de Peguera. El Berguedà se organiza fundamentalmente alrededor del curso alto del río Llobregat y es una comarca de marcado interés paisajístico, histórico y humano.
Con esta orografía, las carreteras se ven obligadas por tanto a salvar desfiladeros, puertos y zonas menos abruptas. También fruto del relieve es el envidiable carácter rural que encontraremos en algunos lugares. El Berguedá se disfruta conduciendo despacio. Sólo así no pasaremos por alto los muchos recursos turísticos de esta comarca barcelonesa. Además de las citadas montañas, aquí encontraremos pueblos encantadores como el recóndito Castellar de N’Hug o los que rodean al Pedraforca, interesantes museos como el del Transporte en Guardiola de Berguedá (con piezas históricas de suma importancia) o el de las minas de Cercs (con paseo en vagoneta minera incluido).
Por aquí pasa el Camì des Bons Homes, ligado a la retirada de los Cátaros desde el sur de Francia.
Muy interesante es el aspecto natural de la zona con una gran riqueza y variedad de fauna y flora en sus bosques, que cuentan con la presencia de jabalíes, rebecos (isards), urogallos, zorros y ardillas.
En cuanto al patrimonio histórico-artístico del Berguedá, dos son los lugares que más atención merecen: el Monasterio de Queralt, sobre la ciudad de Berga (Bajo Berguedà), puerta de entrada a la comarca por el sur, y la iglesia de Sant Quirze de Pedret, donde se encuentran algunas de las pinturas murales románicas más importantes de Cataluña.
Tras dejar atrás la segunda localidad más importante de la zona, Guardiola de Berguedá, salimos de la comarca por su puerta norte, en el Alt Berguedà: el túnel del Cadí y accedemos a las dos provincias catalanas que envuelven esta porción de terreno barcelonés: Lleida (oeste y norte) y Girona (noreste).
En el aspecto económico, social y de comunicaciones Berga ha ejercido siempre como capital de la comarca, que tuvo su esplendor a mediados del siglo XVIII con la industria textil. Hoy el turismo ocupa un importante lugar como fuente de ingresos en esta ciudad emplazada en el centro de la comarca.