> Rutas y Lugares de Interés > Ruta de Villafranca del Bierzo a las Médulas
Las tierras leonesas acogen esta preciosa ruta cargada de historia y tradición. Antaño fue una zona dura para vivir y donde los romanos extrajeron de las entrañas de la tierra el preciado metal. Hoy es ideal para conocerla a fondo.
Nuestra Ruta comienza en Ponferrada:
Un puente reforzado con hierro construido en el s. XI para facilitar el paso de Peregrinos sobre el Sil dio nombre a esta localidad (ponsferrata) íntimamente ligada a la Ruta Jacobea. Para dar protección a los Peregrinos, la Orden del Temple construyó sobre los restos de un castro que luego fue ciudadela romana el Castillo del s. XIII que cautiva la atracción del visitante. El Castillo de los Templarios –de impronta inexpugnable- conserva en perfecto estado las diferentes dependencias, salas, patios y torres e incluso alberga en su interior la preciada Arca de la Alianza.
Al casco antiguo de Ponferrada accedemos a través de una de las puertas del antiguo recinto amurallado y la Calle del Reloj, presidida por la torre. En esta calle se encuentra el Convento de las Madres Concepcionistas y la Antigua Cárcel convertida hoy en el Museo del Bierzo. La Calle del Reloj desemboca en la Plaza de la Encina, donde se emplaza la Basílica de la Encina -templo del s. XVI que alberga la Virgen de la Encina, patrona del Bierzo, y que según la tradición fue encontrada por los monjes guerreros en el tronco de uno de estos árboles-.
Muy cerca de Ponferrada, en Santo Tomás de las Ollas, se encuentra la Iglesia mozárabe de esta localidad. La iglesia data del s. X y se caracteriza por su Capilla Mayor con nueve arcos y una gran influencia musulmana.
Los orígenes del Monasterio de San Pedro de los Montes se remontan al s. VII pero es en el s. XI, regentado por monjes benedictinos, cuando este cenobio alcanza sus mayores influencias y posesiones: Valdueza, el Bierzo, Cabrera, Valedoras, ...
En Molinaseca, en pleno Camino de Santiago, se encuentra un precioso puente medieval y el Santuario de las Angustias, de cuya puerta los peregrinos arrancaban una astilla de madera como recuerdo. Resulta muy interesante realizar una ruta por las bodegas de la localidad.
Espinoso de Compludo:
Espinoso es una de las localidades que mejor representan a los pequeños pueblos artesanos de los Montes de Valdueza, en los que se conserva como en pocos lugares la arquitectura tradicional con casas de piedra y balcones de madera: Compludo –primer asentamiento visigodo de la zona-, El Acebo, San Cristóbal de Valdueza, Bouzas, etc.
Compludo conserva en pleno funcionamiento una herrería del s. VII declarada Monumento Nacional.
Las Médulas:
Las Médulas es un paisaje único en la Península, una visión de esas que cautiva la pimera vez y que resulta siempre sorprendente cuantas veces se visite. Tan singular panorama, emplazado en los Montes Aquilianos, muy cerca de Ponferrada, es el resultado de la explotación como mina de oro en la época romana.
Los romanos llegaron a esta mina en los siglos I y II d.C y comenzaron a extraer el oro que se encontraba en este enorme yacimiento aluvial formado por limos, arenas y cantos rodados originado en la Edad Terciaria. Para obtenr el preciado material construyeron una compleja red de canales por los que traían el agua que servía para arrastrar el sustrato y lavarlo hasta que quedaban al descubierto las pequeñas partículas de oro.
La construcción de estos canales y la mano de obra general de la mina no era romana, sino que procedía de los pueblos astures de la zona que a cambio recibían alimentos y útiles, entre otras cosas.
Una pista forestal permite realizar un precioso recorrido por este singular paraje y conocer, mediante paneles explicativos, los entresijos del funcionamiento minero.
Corullón:
Antes de llegar a Corullón la ruta deja a la izquierda el pequeño valle del Selmo, magníficamente encerrado por las montañas de la Sierra de los Caballos, y lindante con las tierras gallegas. Tras adentrarnos en él y disfrutar de sus grandes recursos naturales a través de alguna de las rutas de montaña, llegamos a la localidad de Corullón. Desde el Mirador de Corullón se disfrutan unas vistas excepcionales sobre el paisaje berciano.
En Corullón se alzaba la casa-palacio de los Marqueses de Villafranca en el s. XVI. Varios siglos antes, en el XI, se levantaba la Iglesia de San Esteban, declarada Monumento Nacional. Como esta iglesia románica, otras joyas románicas son las de San Fiz de Corullón y San Miguel, del mismo siglo y también Monumento Nacional.
Villafranca del Bierzo:
Conjunto Histórico-Artístico e hito importante en el Camino Francés. Entre la larga lista de monumentos destacan la Iglesia de Santiago -románica del s. XII-, la Iglesia de San Francisco -románica del s. XIII-, el Convento de la Anunciada, la Colegiata y el Castillo de los Condes de Peñarramiro. Una delicia resulta pasear por la Calle del Agua y las fachadas de sus casas, generosas en escudos y blasones.
Desde Villafranca una sinuosa carretera se adentra en la Sierra de Los Ancares, a través del truchero Valle del Burbia. Un puñado de pueblos y pequeñas aldeas perviven casi asilados y ofrecen excepcionales muestras de arquitectura rural. Las cabañas circulares de piedra y techo de paja se dispersan por las alturas los pequeños valles y recuerdan al duro pasado en el que animales y personas compartían vivienda.
Vega de Valcarce:
Última referencia importante castellano-leonesa en la Ruta Jacobea antes de penetrar en tierras gallegas a través del Puerto de Pedrafita. Muy cerca queda el precioso Valle del río Barjas.
Cacabelos:
Entre sus principales lugares de interés se encuentran los edificios de tipo religioso como el Santuario de las Angustias –patrona de Cacabelos-, la Iglesia de Santa María y la Ermita de San Roque o los de tipo cultural como el Museo Arqueológico municipal o el Yacimiento Arqueológico del Castro de la Ventosa, que con su recinto amurallado de 2.500 metros de perímetro le encumbra como el castro más grande del noroeste peninsular.
A 4 km. de Cacabelos se encuentra el Monasterio de Carracedo, fundado en el año 990. Está declarado Monumento Nacional y en él que se conservan los claustros y el mirador de la Reina.
Vega de Espinareda:
Corazón de la reserva natural de Los Ancares, desde esta localidad se accede a los dos valles principales, junto al de Burbia, de la Sierra: el Valle de Ancares y el Valle de Fornela. También desde Vega se accede al Valle de Finosedo. En todos ellos el paisaje alterna los arroyos y bosques exuberantes de frondosas –paraíso de corzos, jabalíes y otras especies cinegéticas-, con laderas despejadas de arboleda pero tapizadas de praderas en las que abundan los afloramientos de pizarra, material empleado frecuentemente en las construcciones. El paisaje de Los Ancares presenta un perfil en que se suceden las lomas y montañas de forma interminable y que tiene su máxima altura en el Pico Miravalles (1.969 m.). En ellas se encuentran asentamientos prerromanos –Campo del Agua, Porcarizas, Penoselo, y los bien conservados castros de Chano o Balouta-.
El mayor interés patrimonial histórico-artístico de Vega es sin duda el Monasterio benedictino de San Andrés de Espinareda, con probable origen en la repoblación monástica llevada a cabo en la zona en el s. X.
Otras localidades de interés en Los Ancares son Fabero, Tejedo, Trascastro, Guimara, Burbia ..., algunas emplazadas en parajes de auténtica excepción.
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