Millares

Valencia

Por estas sierras resistieron los moriscos más que en ninguna parte. Aquí tenia su pequeño reino un tal Turigi, hecho prisionero en octubre de 1609. Treinta y cinco de sus seguidores no quisieron rendirse y se escondían cada vez que se organizaba una expedición para atraparlos. El rey, Felipe III, cansado de ellos, había ofrecido el perdón a diversas cuadrillas de bandoleros si lograban capturarlos. Sólo consiguió que se rindieran, en 1612, un moro converso de Alcalá de Jalance, quien envió de emisario a un tal Simeón Zapata. Éste escribió la fantástica historia diez años después.

Cuando se contemplan estas sierras se comprende la dificultad de capturar a alguien que se conozca el terreno. Antes que romanos y árabes (estos últimos dejaron pequeñas fortalezas), ya anduvieron por aquí los hombres prehistóricos (pinturas rupestres de El Portillo, cerca de Las Cañas) y los iberos, como muestra el santuario de la cueva de les Dones, de unos quinientos metros de longitud, en la que se han hallado puntas de flecha y vasijas. Hasta hace cien años, se acudía a ella para ciertos rituales, por ejemplo pasar allí la noche de bodas.

Tras la retirada de los moriscos, el lugar se repobló con gentes de origen vasco y aragonés: Galdón, Sáez y Royo son algunos de sus apellidos. En Millares y alrededores, antes era todo mucho más selvático, pero los incendios han hecho desaparecer buena parte de los bosques, se conservan los restos de tres castillos árabes: el de la Población, El Fortín y el Castillet. En la última restauración de la iglesia (1993) salieron a la luz capiteles (parte superior de la columna) y vigas labradas de origen visigótico. A seis Km. se levanta otro castillo, el de Cavas, conocido popularmente como La Silla, por la figura que forman la torre y los lienzos de la muralla. Se dice que estos castillos se comunicaban entre si.