Uclés

Cuenca

Uclés es un pueblo pequeño, pero de importancia histórica, desempeñando papeles destacados en diversos momentos. Tuvo un poderoso y famoso castillo, situado en lo alto de un cerro, del que todavía son visibles la torre albarrana, un lienzo de muralla y dos torreones, además de una puerta de acceso al recinto fortificado, el Arco de la Fuente.

El conjunto urbano se organiza en torno a la Plaza Mayor y a pesar de la evolución negativa de los últimos dos siglos, todavía conserva varios magníficos ejemplos arquitectónicos, incluido el Ayuntamiento, con fachada porticada. Pero el símbolo máximo de Uclés es la casa conventual de la Orden de Santiago, el monasterio. Situado en un lugar excepcional, que lo hace visible desde varios Km. de distancia, su sola presencia ya es magnífica. El convento inicial se situó en el mismo castillo ya mencionado, pero Felipe II quiso darle más importancia a la orden e impulsó la edificación que hoy vemos, y que tiene dos partes muy definidas, aunque integradas: el convento y la iglesia.

El primero se articula en torno a un bellísimo patio central cuyo eje corresponde a un excelente algibe barroco; el claustro (patio cuadrangular con una galería porticada) es de dos plantas, que se comunican por una monumental escalera. Impresionantes son las dos fachadas, la oriental de estilo plateresco y la occidental, churrigueresco. A todo ello hay que añadir el interior del edificio, en el que coexisten elementos de los diversos estilos imperantes durante el periodo de construcción, sobresaliendo el artesonado del refectorio. En cuanto a la iglesia, de los siglos XVI y XVII, es de una única nave, de proporciones clásicas, con capillas laterales.