Castelldefels

Barcelona

Muestra de ello es su castillo, construido a partir del S. X y que actualmente sirve como sala de exposiciones, o su canal olímpico, apto para las competiciones deportivas de velocidad en aguas tranquilas.

La inmensa playa de este municipio catalán es una extensa lámina de arena fina que se prolonga entre dos sistemas naturales bien diferenciados: el delta del río Llobregat, con sus zonas húmedas y sus cañizares, y el macizo calcáreo del Garraf. Cuenta con una longitud cercana a los cinco Km. , una anchura media de 90 metros y una superficie aproximada de 500. 000 metros cuadrados. En este fabuloso arenal, además de tomar el sol y darse un chapuzón en el Mediterráneo, el visitante podrá realizar múltiples actividades, como practicar deportes acuáticos durante todo el año, dada la benevolencia del clima en estas latitudes. La calidad de las aguas de baño, la gestión medioambiental de su entorno, la seguridad y los servicios de que dispone, así como la información y la educación ambiental que aquí se desarrolla han hecho valedora de la Bandera Azul a la playa de la Pineda de Castelldefels, un lugar ideal para toda la familia y de fácil acceso, puesto que a ella podría accederse a través del Paseo Marítimo, donde el viajero encontrará aparcamiento gratuito para estacionar su vehículo.

Visita obligada para los amantes de la naturaleza es el parque del Garraf, en el sector suroeste de la Cordillera Litoral Catalana. Con una extensión de 12. 820 hectáreas, en este espacio natural predomina la piedra calcárea que, en contacto con el agua y el aire, ha dado lugar a singulares fenómenos cársticos, cuevas, simas y dolinas. En este paraje, existen recorridos debidamente señalizados (habitualmente de forma circular) que transitan por diferentes lugares, pensados para mostrar la riqueza de su patrimonio natural y cultural. En el corazón del parque se emplaza el Palacio Novella, donde se halla el primer monasterio budista de Cataluña, hogar de una comunidad de esta creencia que imparte cursos de meditación y de tantrayana, entre otros estudios. En dicho recinto, abierto al público y en el que también se organizan actividades culturales y sociales, existe un museo que muestra las salas patrimoniales del palacio premodernista de la Plana Novella y una colección de arte y cultura tibetana.

Además del castillo, emblema monumental de Castelldefels, la población atesora otras joyas arquitectónicas, como la iglesia de Santa María, un templo de planta de cruz latina y con tres ábsides en cuyo interior se pueden ver pinturas murales de Serrasanta; las doce Torres de Vigías que todavía se conservan, la mayoría de ellas datadas en la segunda mitad del S. XVI; o sus masías -construcciones rurales típicas catalanas- de propiedad municipal. La oferta cultural del municipio se completa con el teatro Plaza de Castelldefels, que ofrece una atractiva programación de espectáculos, así como espacios para la formación en materia de artes escénicas.

Su privilegiado emplazamiento y, sobre todo, su cercanía a la Ciudad Condal; sus atractivos turísticos; su dinamismo y su relevante oferta de alojamiento, compuesta por más de medio centenar de establecimientos hoteleros y casi una veintena de apartamentos, convierten a esta localidad barcelonesa en un destino de primer orden.