Posada Doña Urraca

Se lo recomiendo a todo el mundo que busque tranquilidad, silencio, buena comida y buen vino. Fueron unos días estupendos. El hotel situado en Fermoselle, bellísimo pueblo, derrocha silencio, calma y tranquilidad, sus habitaciones espaciosas, decoración en madera, de gran belleza y todo muy cuidado. Pero lo mejor es el trato que te dan sus dueños, toda la familia, tan simpáticos, tan atentos, y agradables en el trato, un encanto de familia. Eso te dan, un trato familiar. Buena adaptación para minusválidos, ascensor y baños adaptados, admiten mascotas, un restaurante dónde se come muy bien, carta variada y buen precio. Y una tienda de embutidos y jamones que lleva el padre, con productos de primera calidad y también muy bien de precio. De verdad : un hotel de 10, dónde te tratan espléndidamente.G

Lo primero que agrada al llegar es la calidad humana y profesional con la que nos encontramos. Luego sientes una gran serenidad al sentirte rodeado de una exquisita decoración, cuidando cada rincón y detalle ¡ está hecho con el corazón! ...y la comida uhmmmmmm, un menú amplio, rico, variado, original, combinando el uso de productos naturales de su tierra con el arte de la buena cocina actual y , además, a MUY BUEN PRECIO. Nos queda un buen recuerdo, echamos de menos esos ricos desayunos y , como no, a la gente de ese peculiar pueblo que es Fermoselle. Besitos de unos canarios agradecidos N

Era lo que buscábamos. Es precioso. Cuidan todos los datalles. Se come de maravilla. La atención, excelente. Bien situado, ya que queríamos conocer los arribes del duero y algo del norte de Portugal